Cansado de los asaltos, un antiguo acróbata circense resolvió reciclar el cañón con el que lanzaba a su mujer en su número dentro de la carpa de colores, para disparar excremento contra los ladronesque se atrevan a ingresar a su casa.
Joe Weston-Webb se desempeñó como acróbata de un circo de Nottingham(la ciudad inglesa que fue la cuna de Robin Hood y que hoy es "la capital nacional del delito") junto a su esposa. Ambos realizaban un número muy comprometido. El hombre lanzaba a su mujer por un cañón unos 50 metros.
Y como experiencia en el manejo de este artefacto no le falta, Joe decidió reciclar el cañón y acondicionarlo para atacar a los delincuentes que intenten aproximarse a su predio.
La decisión la tomó luego de que un grupo de delincuentes le quemaran la fábrica que proporcionaba el ingreso económico a la familia, publica El Mundo. Por eso, todos los días recorre los campos para recolectar excremento de pollo que luego transforma en un desagradable misil.
A partir de ahora, quien pretenda asaltarlo se enfrentará a una mezcla explosiva, un arma letal, tal y como avisa el cartel que tiene puesto en la puerta: "Atención. Estas instalaciones están protegidas por excrementos inteligentes".
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